Wednesday, December 31, 2008

Shut up, Freud.

Sigo creyendo que uno mismo es el que se complica la existencia.

La solución está exactamente enfrente de nuestras narices, aunque en casi todas las ocasiones no la vemos, o de plano nos negamos a verla. Nos convertimos en ciegos voluntariamente.

Pero lo que también me pregunto, ¿por qué atentamos contra nosotros mismos?

¿Somos tan egoístas como para no comprender el daño que nos hacemos, y lo que ésto le causa a todos los que están a nuestro alrededor?

¿O es que acaso somos los protagonistas anónimos en una versión softcore de un video leather? Ese eterno masoquismo en el que la felicidad consiste en lastimarse de las maneras más inimaginables... sólo que no se ocupan las elaboradas escenografías ni el costoso equipo e instalaciones. Una botella de licor y un rato a solas son más que suficiente para causar aún más estragos.

Yo en particular, que tengo ese hábito molesto de querer las cosas, pero sólo hacerlas de vez en cuando. De refunfuñar y no decir nada más. De no imponerse y dejarse imponer. Hmm.

Quiero creer que Freud no tenía razón.

Pero lo que me consuela es que no soy el único. Sé que no lo soy. Ni el primero ni el último. ¿Será algo que forma parte de nuestra naturaleza superior? O simplemente son locuras que se van generando en nuestras embobadas mentes consumistas, hedonistas, egocéntricas y, afrontémoslo, medio pendejas.

I'll stop waiting. I'm getting tired.

Mindless thoughts...

0 Comments:

Post a Comment

<< Home