Un día raro...

Con el alma herida y la mente confundida. Con la lágrima brotante y con el quejido ahogado.

El cielo se entristece y llora como si no quisiera.

Veo las estrellas, pero no sé si ellas me ven.

Quisiera volar pero mis alas se fueron ya.

Nada. Todo. Poco. Mucho.

Un silencio profundo resuena en el vacío.

No existo. No quiero existir. Todo oscuridad, todo nada.

Pero lentamente... me doy cuenta.

El fuego todavía arde dentro de mí.

Como una vela en un cuarto oscuro que está y nada más.

Mis sentidos se agudizan.

Las lágrimas cesan, ya no saben en la boca ni se sienten en la piel.

Huelo la flor de primavera y oigo el cantar del pájaro.

El viento refresca y trae nuevas esperanzas...

Y por fin los veo. Algunos no están. Pero se sienten.

En el alma, en el corazón, están aquí.

Donde estoy yo, donde estás tú.

Recuerdos maravillosos y perfúmenes que reviven.

Esperaré a que el cielo ría candoroso.

Vivir y reír. Soñar y volar.

Y nada más...

Mindless thoughts...